TÉCNICA METAMÓRFICA

 

 

La técnica metamórfica fue creada en los años sesenta por un naturópata llamado Robert St. John. Es una técnica vibracional, muy útil para solucionar traumas inconscientes, tanto recientes como antiguos.

Está englobada en el grupo de las terapias reflejas. Nos ayuda a desbloquear, de una forma muy sutil, memorias y traumas de origen inconscientes, originados durante la concepción, el embarazo y hasta el momento de vida actual.

Se trabaja con caricias en los pies, manos y cabeza, muy suave, poniendo especial atención en la "columna vertebral", representada en el pie.

Las memorias acumuladas durante nuestras vidas y las recibidas de nuestra madre durante el embarazo (alegrías, tristezas, ansiedad, estrés, pérdidas familiares e incluso alergias y otras patologías fisicas...), quedan "grabadas en la columna" y determinan, de alguna manera, como nos enfrentamos a la vida (limitaciones, fobias...).

 

Como se trabaja

En primer lugar, trabajaremos durante unas semanas/meses los pies, donde quedan grabados los "bloqueos" que nos impiden evolucionar, tanto de origen inconsciente de nuestra vida, como los recibidos de nuestra madre durante la concepción, embarazo o parto. Los pies nos ayudan a liberar lo estancado.

Después trabajamos las manos, que ayudan a integrar, poco a poco, y casi inconscientemente ese cambio de patrones, tan necesarios y beneficiosos para nuestra evolución personal.

Por último, trabajamos la cabeza donde la mente y el cerebro, (lo que pienso y lo que siento), provocan una aceptación consciente de integración de los hábitos anteriores.

A quién va dirigida

La técnica metamórfica va dirigida a cualquier persona, sin importar la edad ni el estado físico.   Al ser tan sutil de trabajar, no puede tener ningún efecto secundario adverso.

Está especialmente indicada para:

- niños y bebés con problemas natales y prenatales.

- embarazadas (tanto para resolver problemas como para disfrutar plenamente su estado).

- dificultades en la audición, el habla y retrasos educacionales.

- síndrome de Down y autismo.

- niños con problemas escolares (déficit de atención, hiperactividad...) y sus familiares.

- profesores y cuidadores (aporta más entendimiento y paciencia para trabajar con niños con                     problemas tanto en el colegio como enfermos)

- estados de depresión, insomnio, inseguridades, falta de autoestima.

- pérdidas familiares.

- adicciones y enfermedades, en general.

- personas con bloqueos que necesitan ayuda para que "fluyan" los cambios de hábitos.