TERAPIA CRANEOSACRAL
"A quien desee la salud, hay que preguntarle primero si está dispuesto a suprimir las causas de su enfermedad. Sólo entonces será posible ayudarle"
Hipócrates
La Terapia Craneosacral se basa en el principio de la existencia de una pulsación rítmica sutil que emerge en los tejidos y fluidos del núcleo del cuerpo, que se denomina Impulso Rítmico Craneal. Este impulso puede ser percibido como un movimiento respiratorio sutil en todas las estructuras que componen el sistema craneosacral (encéfalo, médula espinal, líquido cefalorraquídeo, meninges, huesos craneales, pelvis y sacro), y se transmite también a todos los órganos y tejidos corporales. La potencia y calidad con que emerge y se transmite este impulso a todo el organismo determina su estado de salud y vitalidad.
El concepto craneosacral tiene su origen en la osteopatía, que nace en 1874 con Andrew Taylor Still. Poco después, en 1895, el Dr.Palmer desarrolló el principio quiropráctico. Los quiroprácticos y los osteópatas han arrojado mucha luz sobre la relación que existe entre la función, la estructura y el sistema nervioso humano.
La terapia craneosacral fue desarrollada originalmente a principio del siglo XX por un osteópata llamado William G. Sutherland, y posteriormente perfeccionada y promocionada por el Dr. John Upledger. En 1970 empiezan a trabajar con ella terapeutas especializados que no sean médicos u osteópatas.
Ambas disciplinas terapéuticas postulan que la curación es inherente al cuerpo y que lo único que el terapeuta puede hacer es contribuir a que ésta se produzca por medio de manipulaciones que alivien la tensión acumulada en la columna vertebral y en otras partes del cuerpo.
Queda claro pues que la salud y la sanación en el ser humano son acciones inherentes y que el trabajo del terapeuta consiste en eliminar las tensiones o interferencias que impiden la perfecta función neurológica entre el cuerpo y el sistema nervioso central (SNC). De esta manera la energía nerviosa y por tanto los reflejos vasomotores espinales hacen que los tejidos y órganos reciban más afluencia de sangre y así se realice la auto-curación.
En realidad, el terapeuta no impone nada sobre el cuerpo de la persona, sino ayuda al poder autocorrector del organismo. Y también es la causa de que esta terapia tan suave como efectiva, es segura y conveniente para personas de todas las edades. Desde adultos hasta niños y bebés, así como después de una operación o en condiciones de fragilidad, complementando el tratamiento médico o psicológico. Si no hay una patología concreta, la terapia nos ayuda a eliminar tensiones y bloqueos y a vivir la vida más plenamente, aumentando la vitalidad corporal.
La terapia es muy suave y segura, es buena para todo tipo de edades, para bebés, durante el embarazo, postparto (ayuda a la rápida recolocación del suelo pélvico), después de una operación y para personas mayores.
En los primeros meses de vida, cuando las suturas craneales son muy sensibles, es cuando esta terapia es más efectiva y sirve para prevenir problemas de psicomotricidad y cognitivos. Cada vez más matronas se interesan y se forman en esta terapia.
Una sesión de Craneosacral
La sesión se desarrolla aproximadamente en unos 40-50 minutos. El terapeuta coloca las manos sobre el cuerpo del paciente, que está vestido, solo debe quitarse los zapatos y cadenas o reloj. Se recomienda recibir tres o cuatro sesiones antes de valorar que resultados se obtienen.
La técnica de palpación es muy suave pero profunda, busca la causa de los síntomas y los muestra al organismo para que éste active su mecanismo de autocuración.
Aprender a palpar requiere mucha práctica, sutileza y una mente abierta, confiar en uno mismo y en el proceso del cliente/paciente. Confiar plenamente en que aquello que experimentas, y estás sintiendo, es real y verdadero. En esta práctica y en el aprendizaje de la palpación la intuición es tan importante como el intelecto; las dos son fundamentales y hacen que seamos facilitadores completos en el acompañamiento hacia la sanación.
A través de la palpación recibimos información en el cuerpo, sobre el cuerpo y alrededor del cuerpo.
Utilizando esta terapia, nos damos cuenta que en gran medida la disfunción física viene producida por la repercusión de un problema emocional de fondo.
Nuestro trabajo se realiza a través de las manos, de la palpación, del diálogo y de la presencia en el silencio (el espacio abierto).
Beneficios de la terapia craneosacral
Estas son algunas patologías en que más comúnmente se aplica la terapia craneosacral:
- Dolores de cabeza de tipo migrañoso o tensional
- Dolores y problemas de espalda y de aparato locomotor
- Tensión muscular
- Alivio del dolor
- Problemas articulares
- Problemas de oído, vista o boca
- Problemas relacionados con el aparato digestivo
- Sinusitis y neuralgias faciales
- Estrés, ansiedad, cansancio crónico
- Traumas infantiles, niños hiperactivos
- Secuelas de accidentes
- Problemas emocionales
Niños y bebés
Es una terapia excelente para aplicar en niños, bebés y madres.
Bebés:
Traumas del parto, toda lesión ocurrida por la compresión prolongada de los huesos del cráneo durante el pasaje por el canal de nacimiento, interferencias químicas y físicas.
Rápido y eficaz ante cólicos del lactante, pequeños con trastornos de psicomotricidad, de sueño, de alimentación, problemas musculoesqueléticos.
En caso de parto cesáreo, completa el proceso natural de masaje, compresión y expansión de huesos y órganos.
Re-establecimiento del vínculo parental.
Niños:
Problemas de aprendizaje, nerviosismo, dificultades en la relación, el desarrollo psicomotriz, alteraciones digestivas, de la piel, del sistema nervioso, reactividad a diferentes substancias, estrabismo, niños hiperactivos o que tienen dificultades para relacionarse con sus compañeros de colegio
Madres:
Embarazo difícil, post-parto, lactancia. Posible depresión post-parto.
Craneosacral y Odontología
El trabajo en equipo entre el dentista, ortodoncista y el terapeuta craneosacral está reportando enormes beneficios y una mayor y más rápida recuperación del paciente después de un tratamiento de larga duración.
La terapia craneosacral incluye la suave manipulación y la normalización de los huesos craneales y los tejidos relacionados, también implica el tratamiento de las membranas meníngeas que proporcionan la estructura dural del cráneo, así como su continuación hasta el sacro.
Cualquier desequilibrio del sistema craneosacro puede dar lugar a desequilibrios de muchas estructuras anatómicas, así como producir una multitud de síntomas no deseados.
La terapia craneosacral puede ser muy eficaz en el tratamiento de las asimetrías faciales, desequilibrios craneales y de los tejidos blandos hipertónicos de la cabeza. Estas condiciones juegan una función directa en la mala oclusión crónica, disfunción temporomandibular, dolor craneal, problemas sensoriales, y varios trastornos mecánicos.
Dos procesos importantes en el tratamiento dental como la ortodoncia y los trastornos de la articulación temporomandibular, son ejemplos claros del posible tratamiento conjunto del dentista y el terapeuta craneosacral.
ORTODONCIA
Después de un tratamiento de ortodoncia, frecuentemente los dientes comienzan a regresar a su posición original previa al tratamiento. Los aparatos mueven los dientes a la posición deseada pero al mismo tiempo pueden torcer y distorsionar el cráneo, cuando se retiran los aparatos el cráneo tratara de regresar a una posición de equilibrio moviendo los dientes.
Con terapia craneosacral se puede minimizar este fenómeno ya sea por la ortodoncia, implantes, puentes, etc. el terapeuta equilibrará el cráneo en lo posible, mejorando la oclusión y la posición de los dientes, también puede ayudar a reducir el tiempo del tratamiento ya que al mejorar las restricciones del cráneo el dentista podrá avanzar en los ajustes de los aparatos.
A menudo los dentistas y ortodoncistas, reciben quejas de sus pacientes por dolores de cabeza, trastornos sensoriales, dolor temporomandibular y disminución de los niveles de energía, esto se debe al efecto de los aparatos tirando del cráneo hacia un patrón de lesión, mantener equilibrado los huesos craneales y aliviar la torsión y las tensiones opuestas ayuda a eliminar estos síntomas.
También es beneficioso utilizar terapia craneosacral después del tratamiento de ortodoncia, cuando los aparatos han sido retirados para mantener el equilibrio de los huesos craneales y membranas. Así el dentista se beneficia no solo de mejorar la calidad y el tiempo de tratamiento sino aliviando las molestias de sus pacientes.
DISFUNCIÓN DE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR (ATM)
Otro
campo de la salud dental en el que la odontología y la terapia craneosacral están entrelazadas es el tratamiento de la disfunción de la articulación temporomandibular.
Las articulaciones temporomandibular, debido a su posición
en el cráneo, sirven como una importante vía para la actividad neurológica motora y sensorial. La proximidad de los oídos, ojos, nariz, garganta, lengua y columna cervical hace que sea de las más importantes articulaciones
del cuerpo. En este caso la terapia craneosacral es eficaz en la corrección de la anatomía funcional de la ATM, tracciones musculares anormales, alteración de la oclusión, traumatismos faciales y dislocación de los discos.
Los músculos implicados son los terigoideos, maseteros y temporales. El tratamiento específico de los tejidos blandos de la ATM mejora el tono y la función de estos músculos, así como su inervación craneal, reduciendo
la compresión y tracción anormal de la articulación.
Nota: El trabajo complementario del terapeuta craneosacral con el dentista y ortodoncista tiene como objetivo facilitar el resultado.